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Todo conocimiento científico busca/ es una solución.
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Entre A y B hay infinitos caminos.
Corolario
1: Toda pregunta tiene infinitas respuestas.
Corolario
2: Todo punto puede ser orbitado de infinitas maneras.
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El amor está en el centro.
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La ciencia es falsa en sus propios términos.
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No existen las soluciones más allá del conocimiento científico, porque el
cosmos no es un problema.
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Ninguna partícula es igual. Por lo tanto la lógica es absurda en sus propios
términos.
Visión
retrógrada: El TODO es la misma cosa; ésa es la verdadera y única
macrosincronía. Por lo tanto, la lógica es ridículamente redundante
.Corolario
1: Dos eventos nunca pueden coincidir en un mismo punto. Por lo tanto, la
sincronía es falsa.
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Toda órbita es espiroidal.
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La pregunta no es por qué existimos, sino por qué tenemos conciencia.
Corolario
1: La palabra Dios pudiera considerarse un error, ya que niega un mundo que no
le es suyo, y no hay nada por fuera de Dios.
Corolario
2: Dios no es ente.
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La gran pregunta no es acerca de las primeras cosas, sino por qué son primeras
cosas.
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El amor es mucho más que dos cuerpos amándose. En ese caso, lo que el hombre
entiende por amor son odios compartidos.
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Si nombras algo, excluyes todo lo demás. Las palabras parten al mundo, porque
ya nombrándolo lo separas. Nombrar es escindir.
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Una cosa no puede ser otra.
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No hay nada en el lenguaje que sea uno y todo a la vez, porque nombrar es
romper, no unir.
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Nombrar es un acto sagrado. En ese instante lo nombrado es una suerte de
“Dios”; y quien nombra también; rompe el espacio-tiempo con un estallido.
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Lo que llamamos Dios en realidad es un acto creador.
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De allí que, si existiera un Dios, no podría ser nombrado, porque Dios es el
todo y no puede ser dividido. Nombrar es asumir la existencia de “lo otro” y el
acto creador no admite la otredad. Si está creado, está hecho.
Corolario
1: Dios no es totalmente bueno, bajo el paradigma humano.
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De allí que la palabra “TODO” sea la más coherente en nuestro lenguaje ya que
nombra lo que realmente es. Su existencia niega la existencia de lo otro que es
la nada, lo cual es correcto.
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El todo orbita.
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El lenguaje no tiene que nombrar, sino orbitar; orbitar un centro.
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Estas máximas no pueden ser comprendidas lógicamente.
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La antimateria no existe; son sólo formas sutiles de expresión del cosmos.
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El todo es uno. No hay dos todos, como tampoco dos centros.
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TODO-NADA se autocrean. No se destruyen como quieren hacer pensar.
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Donde termina el universo, está la poesía. De allí que ésta es una palabra
sagrada.
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El fuego es el único elemento que se puede replicar. El fuego es un espíritu danzante.
